miércoles, 1 de enero de 2014

CONTEMPLACIÓN MEDITATIVA DEL PRINCIPIO Y FUNDAMENTO 1


1. Preámbulo
1.1. Oración preparatoria
“La oración preparatoria es pedir gracia a Dios Nuestro Señor, para que todas mis intenciones, acciones y operaciones sean puramente ordenadas en servicio y alabanza de su divina majestad”. [46]
1.2. Lectura atenta del texto
Fin del Hombre: «El hombre es criado para alabar, hacer reverencia y servir a Dios nuestro Señor» [23]
1.3. Pedir el fruto de una buena oración «Gracia para conocer íntimamente el fin para que he sido creado y tenerlo siempre ante mis ojos al obrar»
2. Meditación
2.1. Ver a las personas, como si uno estuviese allí. Ubicarse en la escena, paisaje, personaje, situación, movimientos, etc. (Composición del lugar) «Imaginarnos ver a Dios creando a Adán, y a éste, prosternando, adorando al Señor»
2.2. Punto 1 «Dios, mi principio»: “El hombre es criado”: El mundo y todas las cosas en él contenidas, espirituales y materiales, según toda su sustancia, han sido producidas por Dios de la nada. Dios ha creado al hombre, y continua creándolo continuamente, a cada instante, por su acción amorosa. «Et creavit Deus hominem» (Gen 1, 27) Con relación a Dios, me hallo en dependencia absoluta: es mi dueño, es mi origen. Todo fue creado con el sólo imperio de su voz: «factum est», y creó al hombre «ad imaginem et similitudinem nostram»
2.3. Punto 2 «Dios, mi dueño y Señor» Dios es mi Señor absoluto. «Deus me creavit, ergo Dei sum! Totum me creavit, ergo totus quantus Dei sum» (San Agustín) Puede Dios someterme a otros, pero no puede desprenderse de mí en favor de otro propietario: «Ego Dominus, hoc est nomem meum, gloriam meam alteri non dabo» (Is 42, 8)
2.4. Punto 3 «Dios, mi fin»: Para alabar, hacer reverencia y servir a Dios nuestro Señor. Así como de mi origen se desprende mi condición de criatura, de mi condición se deduce mi oficio o fin inmediato: «Deus creavit bonitate sua et omnipotente virtute, non ad augendam sua beatitudinem nec ad adquirendam, sed ad manifestandam perfectionem suam per bona, quae creaturis impertitur» (Cc Vat I, sess. 3, c. 1), «Ego sum alpha et omega, principium et finis, primus et novissimus» (Apoc 1, 8), «Universa propter semetipsum operatur est Dominus» (Prov 16, 4), «Dominum Deum tuum adorabis et illi soli servies» (Mt 4, 10), «Servare Deo regnare est», «nihil tam facile est bonae voluntati, quam ipsa sibi» (San Agustín), «Sive vivimos, sive morimur, Domini sumus» (Rom 16, 18)
2.5. Dejarse interpelar por el misterio contemplado en la propia vida (Participación cordial)
3. Conclusión: Coloquio y Examen
3.1. Coloquio con Dios nuestro Señor, mi dueño absoluto, reconociendo ese dominio y lamentando el haberlo tantas veces negado con los hechos…, prometiéndole hacer siempre su voluntad. Con Dios, Padre mío amorosísimo, de quien tan mal hijo he sido…, pidiendo perdón echándome en sus brazos, regalándome a vivir en ellos
3.2. Sacar un propósito concreto que pueda mover la voluntad (Transformación de la voluntad)
3.3. Hacer un examen acerca del transcurso de la oración (concentración, distracciones, aspectos importantes descubiertos, etc.) Se acaba rezando el PADRE NUESTRO. He aquí tres esquemas de examen de la oración:

ESQUEMA 1
a. Cuanto al fruto pretendido:
¿mantengo la disposición sobre el fruto de los Ejercicios alcanzada en el Principio y Fundamento [23] y renovada en la oración preparatoria? [46] ¿en qué grado?
¿he hallado lo que buscaba, mal, bien, abundantemente? (el fruto particular de cada ejercicio Ignacio lo concreta en la petición y en el coloquio).
b. En mi trabajo:
¿Cómo he hecho el ejercicio? ¿hora entera [12], algo más [13], a la hora señalada [6], oración preparatoria, preámbulos, materia señalada, coloquios, con exactitud, fervor, o con pereza y frialdad?
¿Guardo con cuidado las adiciones o ha habido descuido en alguna [130]?; ¿al dormirme resumir el ejercicio [73], al levantarme sin dar lugar a otros pensamientos doy lugar al estado de ánimo apropiado? [74]; ¿en los ejercicios durante el día antes de ir a la oración, pienso a dónde voy y delante de quién y resumo un poco el ejercicio? ¿me hice presente a un Dios que me quiere? [75]; ¿tuve la mejor posición corporal? [76]; ¿me detuve sin ansias de pasar adelante? [76]; ¿fomenté durante el día pensamientos conformes a los ejercicios que estoy actualmente haciendo (recogimiento)? [78]; ¿procuré concentrarme en lo que estoy meditando? [11.127]; ¿busqué de entre los medios que me rodean, luz oscuridad, etc. lo que creo que más me conviene? [79. 80]; ¿refrené la vista tanto cuanto me ayuda? [81].
c. Con el "buen espíritu":
¿Ha actuado y en qué forma?: ¿me ha iluminado alguna verdad o alguno de los misterios de la vida de Jesús para penetrarlos más y referirlos a mi historia personal? [2.106.109] ¿consolaciones, cuáles, en qué grado? [316]; ¿con o sin causa precedente? [330]; ¿con mociones a querer algo? [175.176]; ¿inspiraciones para ordenar mi vida? [213.315]; ¿desolación quitándome la gracia intensa? [320]; ¿sequedad, distracciones, pensamientos importunos, tentaciones, tristeza, turbación? [317].
¿Cómo me he aprovechado?: ¿He examinado bien las mociones en tiempo de consolación? [175.176]; y los propósitos y pareceres formados en el fervor subsiguiente antes de aceptarlos como del "buen espíritu"? [336]; ¿he cedido ante la desolación y tentaciones? ¿me quedé a la defensiva? o he hecho todo lo contrario no cambiando mis propósitos precedentes [318], sino instando en meditar, orar, examinando las causas? [319].
d. Con el "mal espíritu":
¿Me ha acometido con impedimentos para no ir adelante? [315], con escrúpulos [347], con pensamientos "buenos" con apariencia de bien [332] y falsa consolación [331], pero acabando en menos bueno o turbación [333], o engreimiento propio [142], con desconfianza y desesperación? [317].
¿Cómo he reaccionado?: ¿despreciando los obstáculos, cerrando la puerta a toda tentación, avivando la confianza en Dios, conservando la paz y la serenidad?
He de examinar el principio, medio y fin de los pensamientos engañosos para sacar experiencia [334]

ESQUEMA 2
1. ¿Preparé suficientemente el ejercicio que acabo de realizar? Si no lo hice suficientemente y bien... ¿por qué? ¿Qué he de hacer para corregir esta situación?
2. ¿Dispuse todos los medios y ayudas que conozco para realizar un buen ejercicio? (Posición, medios para entrar en la oración, silencio, tiempo, textos, etc.)
3. El tiempo que estuve en oración ¿fue adecuado? ¿Me levanté antes del tiempo previsto?
4. ¿Me sentí realmente acompañado en la oración? ¿Fue un diálogo o un monólogo? ¿Salgo de la oración crecido en fe y/o esperanza y/o amor?
5. ¿Tengo alguna inquietud o preocupación especial que haya de comentar con quien acompaña los ejercicios?
6. ¿Hay algunos puntos en los cuales sentí especialmente gusto al meditar? ¿Cuáles? ¿Algunos que quieras seguir gustando? ¿Cuáles?
7. ¿Hay algunos puntos en los cuales sentí especial dificultad o repugnancia al orar? ¿Cuáles?
8. Haz una revisión de las actividades de tu día. Se puede chequear en el orden de las cosas que se fueron haciendo.
9. ¿Qué fue lo que más te llamó la atención en el di a de hoy? ¿Por qué?
10. ¿Dónde encuentras más fácilmente la presencia de Dios?
11. ¿Dónde crees que te alejas más de Dios? ¿Por qué? ¿Cuál puede ser la raíz de ese alejamiento?
12. La pregunta fundamental e importante: ¿qué descubro que está haciendo el Espíritu de Dios hoy en mí? ¿cómo he colaborado y cómo he estorbado la acción de Dios?

ESQUEMA 3
1. ¿Cómo se ha manifestado Dios en mí?
2. ¿Qué me ha estado ocurriendo?
3. ¿Qué me impresionó particularmente?
4. ¿Cómo me sentí cuando oraba?
5. ¿Cuál fue mi estado de ánimo? ¿Cambió?
6. ¿Qué me estaba intentando decir el Señor en todo esto?
7. ¿Hay algún punto al que deba yo retomar cuando vuelva a orar?

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