REPETICIÓN DE LOS EJERCICIOS ANTERIORES
1. Preámbulo
1.1. Oración preparatoria
“La oración preparatoria es pedir gracia a Dios Nuestro Señor, para que todas mis intenciones, acciones y operaciones sean puramente ordenadas en servicio y alabanza de su divina majestad”. [46]
1.2. Lectura atenta del texto
Fin del Hombre y de las Criaturas: « El hombre es criado para alabar, hacer reverencia y servir a Dios nuestro Señor y, mediante esto, salvar su ánima; y las otras cosas sobre la haz de la tierra son criadas para el hombre, y para que le ayuden en la prosecución del fin para que es criado» [23]
1.3. Pedir el fruto de una buena oración «Gracia para conocer íntimamente el fin para que he sido creado y tenerlo siempre ante mis ojos al obrar, y usar rectamente de las cosas»
2. Meditación
2.1. Ver a las personas, como si uno estuviese allí. Ubicarse en la escena, paisaje, personaje, situación, movimientos, etc. (Composición del lugar)
2.2. Punto 1 «EL HOMBRE ES CRIADO PARA ALABAR, HACER REVERENCIA Y SERVIR A DIOS NUESTRO SEÑOR»
2.3. Punto 2 El hombre es criado para alabar, hacer reverencia y servir a Dios nuestro Señor «Y, MEDIANTE ESTO, SALVAR SU ÁNIMA»
2.4. Punto 3 «Y LAS OTRAS COSAS SOBRE LA HAZ DE LA TIERRA SON CRIADAS PARA EL HOMBRE, Y PARA QUE LE AYUDEN EN LA PROSECUCIÓN DEL FIN PARA QUE ES CRIADO»
2.5. Dejarse interpelar por el misterio contemplado en la propia vida (Participación cordial)
3. Conclusión: Coloquio y Examen
3.1. Coloquio con Dios nuestro Señor, mi dueño absoluto y dueño del Universo, reconociendo ese dominio y lamentando el haberlo tantas veces negado con los hechos…, prometiéndole hacer siempre su voluntad. Con Dios, Padre mío amorosísimo, de quien tan mal hijo he sido…, pidiendo perdón echándome en sus brazos, regalándome a vivir en ellos. Santa Margarita María de Alacoque pidióle a Dios le enseñara a expresar su grande deseo de recibirlo continuamente, y nuestro Señor le enseñó esta breve oración de deseo y preparación: «DIOS MÍO, MI ÚNICO BIEN Y MI TODO, VOS SOIS TODO PARA MÍ, YO SOY TODO PARA VOS», y le dijo luego nuestro Señor: “Ellas te guardarán en todas las tentaciones, suplirán todos los actos que quieras hacer y te servirán de preparación en tus acciones”
3.2. Sacar un propósito concreto que pueda mover la voluntad (Transformación de la voluntad)
3.3. Hacer un examen acerca del transcurso de la oración (concentración, distracciones, aspectos importantes descubiertos, etc.) Se acaba rezando un PADRE NUESTRO y un ANIMA CHRISTI.
EXAMEN DE LA ORACIÓN
1. ¿Preparé suficientemente el ejercicio que acabo de realizar? Si no lo hice suficientemente y bien... ¿por qué? ¿Qué he de hacer para corregir esta situación?
2. ¿Dispuse todos los medios y ayudas que conozco para realizar un buen ejercicio? (Posición, medios para entrar en la oración, silencio, tiempo, textos, etc.)
3. El tiempo que estuve en oración ¿fue adecuado? ¿Me levanté antes del tiempo previsto?
4. ¿Me sentí realmente acompañado en la oración? ¿Fue un diálogo o un monólogo? ¿Salgo de la oración crecido en fe y/o esperanza y/o amor?
5. ¿Tengo alguna inquietud o preocupación especial que haya de comentar con quien acompaña los ejercicios?
6. ¿Hay algunos puntos en los cuales sentí especialmente gusto al meditar? ¿Cuáles? ¿Algunos que quieras seguir gustando? ¿Cuáles?
7. ¿Hay algunos puntos en los cuales sentí especial dificultad o repugnancia al orar? ¿Cuáles?
8. Haz una revisión de las actividades de tu día. Se puede chequear en el orden de las cosas que se fueron haciendo.
9. ¿Qué fue lo que más te llamó la atención en el di a de hoy? ¿Por qué?
10. ¿Dónde encuentras más fácilmente la presencia de Dios?
11. ¿Dónde crees que te alejas más de Dios? ¿Por qué? ¿Cuál puede ser la raíz de ese alejamiento?
12. La pregunta fundamental e importante: ¿qué descubro que está haciendo el Espíritu de Dios hoy en mí? ¿cómo he colaborado y cómo he estorbado la acción de Dios?
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