Marguerite Yourcenar
(1903-1987) fue una conocida escritora francesa posteriormente nacionalizada
estadounidense. Su obra más recordada es Memorias de Adriano (1951),
donde recrea la vida y muerte de ese emperador romano con notable erudición.
Aunque no era creyente, su amor por la cultura la llevó a interesarse por el
cristianismo y el budismo, y dejó plasmado ese interés en sus libros. En
sus memorias, intituladas El laberinto del mundo (1973, 1977 y 1988),
encontramos este texto a propósito de un viejo misal que había pertenecido a su
madre: «Un Misal de los fieles, en
dos volúmenes, publicado en Tournai por Desclée, Lefevbre et Cie. en 1897,
había sido muy utilizado, según daba a entender su degastada badana; una corona
dibujada encima de las iniciales de Fernande mancha de vanidad su tapa. El
Misal contiene un calendario perpetuo que yo consulto de cuando en cuando;
también releo alguna vez las notables oraciones en latín que según Fernande
imaginaba deberían seguirse recitando hasta el fin del mundo, y que la Iglesia,
hoy en día, ha arrinconado» (El laberinto del mundo, trad. de Emma
Calatayud, Barcelona, Alfaguara, 2012, p. 56).
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